Si eres menor de edad no diré que te vayas, porque sería deshonesto, en lo personal considero que cada uno tiene un criterio, eso sí, no incitaré a nadie a convertirse en Ana o Mia puesto que tú y yo sabemos es una decisión trascendental y un paso que debe ser tomado con cautela. El club ha sido creado para compartir, más no promover.
Aquí se aceptan todo tipo de opiniones, si no eres uno de nosotros aceptaremos de buen modo tus comentarios, pido encarecidamente sean respetuosos y nosotras también lo seremos. Las personas que tenemos desordenes alimenticios necesitamos un espacio donde poder compartir con otras personas que viven lo mismo a diario, todas nuestras vivencias.
Ésta es nuestra búsqueda de aceptación dentro de la sociedad, que muchas veces nos reprime por no ser esbeltas y perfectas. Hoy comienza un día difícil... pero no imposible.

Bienvenidos todos.

martes, 14 de abril de 2009

TESTIMONIO (Ana Brigida)

Cosas increíbles están pasando, es increíble el proceso evolutivo de una persona que sufre de desordenes alimenticios; hoy escribiré sobre mí, sin temor a ser descubierta, sin temor a ser criticada duramente, hoy nada importa, hoy sufro conmigo misma y lo quiero compartir con todo aquel que lea este texto.

A veces no te das cuenta, y es terrible el arrepentimiento, esa sensación asquerosa que sientes contigo misma, hay repulsión y dolor en tu cuerpo, también en el alma, mi vida da vueltas en sí misma y es frustrante saberlo, me siento tan mal de saber que todo lo que hago me está dañando, no estoy avanzando! me he dedicado a deprimirme, a decir que ya no puedo más, pero es mentira, todo es una maldita mentira, un pretexto absurdo que he tejido para subsanar mis temores tontos y mi poca voluntad. La verdad es una sola, y es que sí, sí puedo, lo triste del asunto es que estoy dejando que mi lado cobarde se adueñe de mí, eso está pésimo, he perdido el control y lloro. Lloro desconsolada ante el refrigerador abierto, repleto de alimentos llenos de calorías que me sonrien amistosamente invitandome a probarlos, veo de pronto reflejado el rostro de mi familia que también sonrie y subliminalmente me susurra: ve y come todo! queremos verte comer cada pedazo de chocolate, cada cuchara de manjar, cada queso derretido, TODO! entonces mi mano se desliza suavemente, dentro de la duda terrible, dentro del temor toma maquinalmente algo del refrigerador, prometiendole falsamente a mi mente y cuerpo que será lo único que tome esa noche, que por nada del mundo volvería a abrir esa puerta.

Pues no es así.

Cuando ya cumplí con la misión de comer todo lo que mi estómago toleró frente a la mirada vigilante de mi familia y todos se han ido. Ahí comienza la acción señores. Se abre nuevamente la puerta, esta vez no es una sola, ahora las puertas de las despensas también lo están, saco a toda velocidad todo lo que pueden sujetar mis manos, comienzo a ingerir rapidísimo todos los alimentos que puedo, los mezclo con bebidas y engaño vilmente a mi cabeza, diciendole que esas bebidas nos ayudarán a vomitar todo lo ingerido, pero es falso, ya no tengo fuerzas para vomitar, o me siento demasiado débil y fatigada para hacerlo.

Luego de haber comido todo lo que pude y siento que el estómago explotará en cualquier momento bebo un último vaso de lo que sea, camino fatigada rumbo a mi habitación y saben que hago? hago NADA. Estoy tan cansada y deprimida por lo sucedido que solo tengo fuerzas para lamentarme de la condición de vida tan ínfima y miserable que vivo, pienso que mañana será un mejor día y que todo caminará de maravilla, hasta el anochecer; porque de noche la ansiedad se convierte en tu peor enemigo, te toma en sus brazos cálidamente, para luego tirarte una cachetada y enviarte al infierno.

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